La falta de sistemas de saneamiento adecuados en muchas partes del mundo y nuestra Nación han dado lugar a la contaminación generalizada de las fuentes de agua de las que depende la supervivencia de las comunidades. En múltiples Instrumentos Legales Internacionales se ha garantizado el acceso a servicios de saneamiento adecuados como uno de los principales mecanismos para proteger la calidad de las reservas y los recursos de agua potable.
Los servicios de abastecimiento de agua y de saneamiento deben ser físicamente accesibles y estar al alcance de todos los sectores de la población, teniendo en cuenta las necesidades de determinados grupos, como las personas con discapacidad, las mujeres, los niños y los ancianos y las zonas marginadas o en situación de pobreza.
Los principales problemas en las comunidades rurales y serranas en México son que se tiene que caminar largas distancias, de 2 ó 3 km cada día, para llegar a un grifo público, acarrear pesados recipientes en la cabeza, de unos 20 a 25 litros por vez, y hacer largas filas delante de los grifos; y si se llegara a contaminar este punto de agua común, toda la población estaría en peligro.
Puesto que la cantidad de agua a que se tiene acceso cada día depende en gran medida de la distancia a la que está la fuente de agua y del tiempo que se tarda en recorrerla, se considera razonable una distancia que permita a todos recoger suficiente agua para cubrir los usos personales y domésticos. Según la OMS, para tener un acceso básico a 20 litros de agua por día la fuente debe estar a no más de 1.000 m del hogar y el tiempo necesario para ir a buscar agua no debe exceder de 30 minutos. Cuando hay agua corriente en las viviendas, el acceso es óptimo y es probable que se disponga de por lo menos 100 litros por persona al día. A este respecto, se considera que el abastecimiento regular de agua corriente limpia en el hogar es la forma óptima de suministro para el desarrollo humano. El acceso a un abastecimiento regular de agua en la vivienda también evita a las mujeres y los niños tener que dedicar tiempo y energía física a ir a recoger agua a fuentes distantes.
Por último, como los servicios de agua deben ser asequibles para todos, ningún individuo o grupo debería verse privado del acceso a agua potable por no poder pagar.
por CARLOS RUBEN SILVA URIAS
(Licenciado en Derecho y en Contaduría Pública)